Fuera de la ventana
la silueta de la ciudad contra el cielo
me amenaza.
Los ojos me duelen
aunque sea un día nublado.
Los cierro.
La aristas de los edificios
todavía penetran en ellos.
Podría ponerme una venda sobre ellos
pero sería inútil.
Una vez que la cuchilla corta la retina
la cicatriz permanece para siempre.