Lo robo a escondidas
por miedo a ser descubiertoy en un rincón lo abro.
En la penumbra leo con avidez
las líneas escritas con mano insegura.
Luego lo cierro sin que deje escapar un lamento
y lo devuelvo a su sitio.
Así cada día
conozco como ha sido mi vida.
Leyendo el diario que alguien escribe por mí.
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