Hay ventanas por las que entra el universo.
Otras por las que sale lo que tienen dentro.
Hay ventanas cerradas que invitan a penetrarlas.
Otras abiertas que erigen barreras.
Me gusta mirar,
y ser mirado,
a través de ellas.
No importa a que lado me encuentre.
Si es que existe en ellas dentro y fuera.
Tampoco importa su forma o tamaño.
Si es el hogar de alguien
o una tienda de sombreros.
Si tiene persianas o cortinas
o sólo un diáfano y limpio vidrio.
Si es de noche
y el vacío la llena
o de día
y el reflejo del sol nos ciega.
Un ventana tiene vida
siempre que alguien mira a través de ella.
Si no solamente es un hueco en un muro
esperando una mirada curiosa que le de aliento.
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