Miraron hacía el cielo
y vieron unas manos que se movían
al mismo ritmo que ellos.
Pensaron que las dirigían
e intentaron hacerlas seguir sus deseos.
Hasta que se dieron cuenta
que las cuerdas que les unían
las manejaban "aquellos".
Entonces las cortaron
pensando que sin ellas serían libres,
para sólo desplomarse en el suelo.
Enredados sus cuerpos inmóviles
en los hilos que la vida les dieron.
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