Te gusta caminar descalza.
Sentir tus pies contra el suelo.
A veces es arena
que a tu pisada se amolda.
Otras es asfalto o piedra
que araña tu piel.
Y otras cristales, clavos o astillas
que perforan tu carne
y la sangre que brota
se convierte en barro
mezclada con el polvo de la carretera.
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