3/23/2011

A PLACE

Walk, walk, walk
and endless road
without a place to rest.


Climb, climb, climb
and endless rock
without a place to grip.


Swim, swim, swim
and endless sea
without a place to breath.


Fly, fly, fly
and endless sky
without a place to nest.


Live, live live
and endless life
without a place to die.

3/03/2011

THE POET

El traqueteo del tren enmudecía antes sus gritos. Aquellos nueve chavales no paraban de hablar, reír, chillar, gritar...
con su inglés americano mezclado a veces con palabras de un español endulzado por su acento portorriqueño. Todos enseñando en sus iphones vídeos de canciones de R&B llenos de curvilíneas cantantes y bailarinas vestidas escasamente con un bikini.

Constantemente se chocaban, empujaban, peleaban, como un enjambre de abejas en una colmena demasiado pequeña para ellas. Mientras, el resto de pasajeros los contemplábamos en silencio imposibilitados de superar sus decibelios y mantener una conversación.

El ruido metálico de los frenos al acercarnos a la parada de la calle 50 tampoco consiguió ahogar su alboroto. Es más, la pérdida de equilibrio por el frenazo les hizo incrementar la algarabía, que ahora mezclada con el chirrido de las ruedas contra los desnudos raíles era apenas soportable.

Finalmente el tren llegó a un alto. Las puertas se abrieron y cerraron en escasos segundos sin que sus ruidosas bocas se hubieran cerrado por un segundo.

Sólo un pasajero entró en el vagón. Tras dar un solo paso se quedó allí plantado de espaldas a la puerta, ausente, con su mirada miope tras unas viejas gafas, y sus orejas totalmente ocultas por unos enormes auriculares verdes.

-Buenas tardes.

Su voz sonó seca como un disparo. Los niños se paralizaron como alcanzados por las dos balas de aquella frase.

Sin darles tiempo a reaccionar empezó a disparar nuevas ráfagas de su ametralladora.

-Siento molestar,
Pero les tengo que hablar
De las cosas que me preocupan,
antes de que al mundo hundan.
Quiero ver más amaneceres
antes de acabar mis deberes,
quiero que dure el mundo
más que un único segundo
Ayúdenme por favor
a pintarlo de color
para que rían los niños
enseñando sus blancos piños
y que cada mañana que amanece
se cumpla lo que sueñen.
Gracias damas y caballeros por su atención
pero tengo que dejar el vagón.
Espero que cuando salgan del metro
hayan aceptado mi reto.
Buenas noches y mi respeto

Su boca se calló con el cañón todavía humeante. Pero ahora el silencio lo envolvía todo. Incluso el traqueteo del coche parecía haber desaparecido, y todos parecíamos flotar en el aire.

Y él seguía allí. Mirando al frente a través de los inmensos cristales de sus gafas como si no estuviéramos allí.

El encantamiento duró unos minutos más, no sabría decir cuantos, quizás fueran dos, quizás diez, hasta que las puertas se volvieron a abrir ya en Times Square, y el andén se tragó al poeta dejándonos a cambio en el vagón otros varios comunes mortales.

Las puertas se volvieron a cerrar y todos parecimos despertar de un sueño.

-Has visto que puto loco?
-Pero era bueno rapeando.
-Bah, yo lo hago mucho mejor.

Poco a poco su volumén fue creciendo hasta que volvió a sumirnos en el impuesto silencio de nuestros pensamientos.