OLVIDAR

Olvidaste que estuve allí conmigo
Quizás juntos,
pero en diferentes lugares.
Salimos juntos en las fotos.
Había dos pizzas, cuatro cervezas
y un tiramisúen la cuenta del restaurante. 
Fuimos en el mismo coche.
Tú condujiste a la ida,
y volviste dormida en el asiento trasero.
Yo elegí la música
pensando que te gustaría.
Olvidaste que estuviste allí conmigo.
Y yo trato de olvidarlo.

TUVE QUE ELEGIR

Tuve que elegir entre escribir este poema
y fregar los platos.....

SIN DESTINO

Salí a pasear sin destino.
Decidido a que el azar dibujara mi camino.
Al llegar a los cruces seguía recto o torcía
según donde la luz verde estuviera.
Lo mismo al encontrarme obstáculos
u otros peatones
cambiaba mi dirección para no chocar
y seguía con la nueva trayectoria.
Así sin parar durante horas.
Esperando hallar algo nuevo a mi paso.
Al final cansado me he detenido.
Y me he encontrado en el portal del que había salido.

FLOR

Hoy me han regalado una flor
y me ha entrado la tristeza.
No es que no me gusten las flores
sino que un día sé que se marchitará
en un vaso con agua sobre una mesa
y sus pétalos caerán esparcidos
como cuerpos rotos por una granada.
Llegará entonces el momento
de tirarla a la basura,
como un soldado desconocido a una fosa común;
o guardarla entre las hojas de un libro,
como una cleopatra en su sarcófago dorado.
Aún así la he aceptado.
Y ahí está mirándome con sus ojos rojos,
su cuello sumergido.
Respirando los últimos segundos
antes de decir adiós
hasta que vuelva a abrir por azar la página del olvido.

CAMINAR DESCALZA

Te gusta caminar descalza.
Sentir tus pies contra el suelo.
A veces es arena 
que a tu pisada se amolda.
Otras es asfalto o piedra
que araña tu piel.
Y otras cristales, clavos o astillas
que perforan tu carne
y la sangre que brota
se convierte en barro
mezclada con el polvo de la carretera.

UN DÍA

Un día te diré mi nombre
y entonces me iré.
Nuestro tiempo habrá pasado
porque sabrás todo de mí.
Tu mirada ya no buscará,
ni tus frases acabarán en interrogantes.
Tus besos serán siempre el mismo
y tus caricias una rutina.
Pero igual para entonces
tú ya te habrás ido.

PALOMAS

Mi casa da a un patio trasero
entre edificios que no se ponen de acuerdo.
A mis ventanas se asomauna terraza casi siempre vacía.
Sólo la visitan 
unos pocos fumadores en el buen tiempo
y las palomas cuando hace frío.
Ahí pasan el invierno arrimadas a la chimeneas, 
resguardas del viento entre los muros,
y de la lluvia bajo las cornisas.
Cuando me ducho las oigo fuera,
buscando el calor del vapor 
que se escapa por las rendijas.
Ahora que el sol abrasa su refugio
sólo las veo por la mañana
cuando el sol todavía no asoma sobre los tejados
y la brisa se cuela entre las esquinas.

IMÁN

Eres como un imán
al que un relámpago cargó su fría alma de hierro.
Seducir polos opuestos y rechazar semejantes es tu juego,
mientras pasas indiferente entre los que para ti no se hicieron.
Aquellos a los que nada puede hacer 
que los ames o desprecies.
Pero también he visto tus malos momentos
cuando tu cuerpo vacío ya no tiene fuerza
y eres sólo un trozo de metal inerme.
Entonces te acercas a mí
para cargar otra vez tu ánima
y volver a tu juego.
Mientras yo me quedo exhausto
esperando un rayo que me alcance
y me haga ser como tú.

VARA DE MEDIR

Camina por la vida
con una vara de medir en la mano
mirando a todos de arriba a abajo.
Un poco corto.
Demasiado largo.
Nada es perfecto.
De normal no usa su regla,
con una ojeada le basta.
Pero si protestas la saca.
Te mide. 
Se mide.
Sonríe y dice.
Ya lo sabía.
Y se aleja calle arriba sin mirar atrás
con su vara en la mano.

POR UN DÍA

Por un día 
me gustaría ser los otros.
Aquellos con que me cruzo cada día.
El vecino en el ascensor,
el repartidor de propaganda,
el panadero,
mi compañero de trabajo,
mi madre, mi padre, mi esposa.
Verme como me ven con sus ojos.
Pensar de mí lo que piensan.
Sentir por mí lo que sienten.
Y despertar al otro día
sin recordar aquel ayer
fui ellos.

No puedo recordar mi pasado si le pongo cifras

No puedo recordar mi pasado si le pongo cifras.
No me acordaré si me preguntas, 
que hice el día 13 de agosto del 2004.
Pero si borro algunos números 
es más fácil,
aquel día 13 de agosto.
Incluso más sencillo si sólo hay palabras.
Aquel día de agosto.
No me es difícil revivirlo 
si lo asocio a un lugar,
aquel día de agosto en la playa.
Y no lo puedo olvidar si le pongo compañía,
aquel día de agosto en la playa contigo.

PARTITURA DEL SILENCIO

He intentado componer el silencio
pero no me cabe en el pentagrama.
La clave de sol se me antoja sombría
y el do mayor pequeño.
No sé donde poner sostenidos
ni quitar bemoles.
Si necesito una orquesta,
un quinteto,
o una silla vacía.
Paso horas intentando recordar su melodía.
Me encierro en el sótano,
conecto la grabadora y calló
pero siempre suena algo
cuando oigo la cinta.
Quizás el silencio no exista.
Quizás sea una palabra que al pronunciarla
no suene aunque creamos oírla.

RUTINAS

Tengo pequeñas rutinas
que vacían mi mente.Que apagan el ruido en mi cabeza.
Las hago como si otra persona las hiciera.
Doblar camisetas,
enrollar calcetines,
fregar platos...
Cosas sin valor aparente
que mantienen mi alma pegado a mi cuerpo
sin que lo arrastre a su reino despiadado.

CUADERNOS

Hay cuadernos 
que no están hechos para escribir en ellos.
En los que el bolígrafo se para
y la mano sangra al rozar su papel.
Que cuando los vuelves a abrir
están vacíos.
Que sus hojas parecen tan pequeñas 
que sólo cabe una letra,
tan grandes
que todo parece insignificante.
Son cuadernos que sabes que nunca acabarás. 
Que reaparecen cuando quieres olvidarlos.
Que contienen poemas
que nunca recuerdas haber escrito.
Que tirarías a la basura
si tu alma no estuviera en ellos.

MI PASADO

Mi pasado es como un libro 
en el que cada vez que escribo 
se caen algunas hojas viejas,
Lleno de personajes nuevos, 
otros desaparecidos y
otros reencontrados.
De historias que perdieron el sentido
o adquirieron uno diferente.
A veces ni lo reconozco,
ni me reconoce.
Nos miramos y nos decimos adios
para volver a encontramos el siguiente día.

MIRANDO AL MAR Y AL CIELO.

Sentados a la noche en la playa
tú miras al cielo,

yo al mar.
Buscas Orión,

sus rodillas,
sus hombros,
su arco.

Yo oigo el viento crear las olas,

a éstas romper,
su espuma apenas perceptible.
Ahora señalas la Osa Menor

y sueñas ser estrella.
Yo sueño ser gota de agua.

Y allá en el horizonte

nos encontramos.

HERRERO

Escribo como un herrero.
Las frías palabras pongo al fuego
hasta volverlas maleables.
Sujetas por la tenaza las golpeo,
martillo contra yunque,
hasta darles forma.
Entonces las meto en agua y hielo.
El rojo que vi en ellas 
es ahora negro.
Lo que parecía vida 
ahora está muerto.
El alma que tenían 
se apagó cuando las saque de la forja.
Quizás debería escribir como un carpintero.
Sin que se ningún fuego queme mi pensamiento. 

NOCHES Y DIAS

Tras la noche vendrá el día
para volver tras irse éste.
Así sucesivamente de por vida.
Hay noches que son días en otros lugares.
Noches más largas que otras
Días más cortos que otros.
Hay oscuridades eternas
compensadas por soles que no desaparecen.
Amaneceres y atardeceres siempre a la misma hora.
Días nublados que parecen noches
y lunas llenas que hacen noches días.
Días que vivimos como noches
y otros que empalmamos con otro día
sin que sintamos la noche.
Días que dormimos,
noches que velamos.
Ayer se hizo la noche
para hoy llegar otro día
que pronto veremos morir esperando que amanezca.

dios

Y dios volvió
y vio lo que habíamos hecho.
Y preguntó.
Por qué?
Tú nos lo habías ordenado.
Nunca hablé antes contigo.
Pero alguien lo leyó en tu libro.
Nunca escribí uno.
Pero quien lo hizo dijo que era tu palabra.
Nunca dije a nadie que mataríais en mi nombre.
Pero eran tus enemigos.
Yo no tengo enemigos,
sólo los que los hombres me habéis creado.
Y dios lloró mientras los enterraba con sus manos.

EN LA TORMENTA

Empieza a llover en el bosque.

Mis brazos abiertos como ramas,

mis dedos extendidos como hojas

almacenan las gotas por un instante

antes de  dejarlas escapar entre los dedos.
mis pies hundiéndose en el barro

como raíces penetrando en el suelo. 

Entre los árboles en la tormenta

me siento uno de ellos.

Hasta que el sol rompe las nubes

y vuelvo a la ciudad.