12/06/2011

ACABAR UN LIBRO

Al acabar un libro
siempre me queda un sabor amargo,
como de un amigo que se ha ido,
o un curso en la escuela acabado.
Por eso leo las últimas páginas siempre más despacio.
A veces en voz alta,
imaginando que me dejo algunas líneas
y tengo que volver a empezar desde el principio,
o que le nacen más páginas al final del último capítulo,
o que los personajes
se sientan a mi lado en el sofá
para beber un café a pequeños sorbos
y quedarse para siempre conmigo.
Pero otras veces
pienso en no leer nunca más
para no tener esa triste sensación
al cerrar mi libro.

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