1/30/2013

TÉ, ZAPATOS DE ANTE Y LLUVIA.

Afuera sigue lloviendo
el té ya está frío.
Guardo un sorbo en la taza
como excusa para seguir en mi silla 
mientras la gente espera de pie 
a que una mesa quede vacía.
En los charcos de la calle 
cuento las gotas de lluvia
mientras muevo los dedos de mis pies 
dentro de mis zapatos nuevos.
Su frecuencia aumenta
y la esperanza de que pare
con aquel último sorbo me trago.
Levanto la mano 
y pido otro té al camarero.
Me contesta que en las mesas 
ya sólo sirven comidas.
Entonces té y un bocadillo de tortilla.
Decenas de ojos se vuelven con odio.
Quién me mandó estrenar zapatos 
si el hombre del tiempo dijo que hoy llovería.

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